
El fondo que aparece en
la obra está claramente situado en una playa del norte de Cataluña, lugar donde
vivía y se inspiraba el autor. A la derecha observamos un cabo con acantilados
que transmiten la dureza y la resistencia de la roca ante el paso del tiempo y
la erosión de las olas del mar.
Aparecen 4 relojes de
bolsillo, 3 de ellos derretidos y uno pisado por hormigas. Los relojes parecen
indicar el paso de las tiempo, pero lo que realmente indican es la memoria.
Dalí representaba relojes derretidos para hacer alusión a que los recuerdos
solo calientan la memoria, y que ésta algún día dejara de funcionar y bajo uno
de ellos hay una especie de caballo de mar que en realidad tiene una forma de
cara deformada y parece ser una representación del autor.
Los elementos del cuadro
transmiten putrefacción y mortalidad y seguramente deben ser sentimientos que
el autor sentía y quiso expresar en ese momento.
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